viernes, 10 de agosto de 2007

Remolino gigante cobra otra victima.



Maine, U.S.A. Como es característico del estado de Maine, en los Estados Unidos de Norteamerica, se celebraba el fin de semana pasado, la vigesimosexta competencia libre de canotaje para débiles mentales. Esta tradicional justa deportiva, en donde participan ex políticos estadounidenses y familiares de los mismos, se vio interrumpida este verano por una tragedia sin precedentes. Mientras el joven Andy Reagan, nieto del ex presidente norteamericano (foto 1) intentaba llegar a la final realizando el peligroso "flip-flop reverse Trendelemburg" (media vuelta con un solo remo), un inesperado cruce de corrientes marítimas, las cuales culminaron en la formación de un remolino gigante, succionaron al jóven nauta con canoa y todo, dejando a toda una multitud espectadora boquiabierta. Si bien mas de 200 buzos tacticos de la U.S. Navy intentaron recuperar el cuerpo del joven deportista, no hubo suerte alguna. Es más, solo 12 de los 234 buzos que participaron del operativo Sea Viper, regresaron con vida de las turbias aguas del océano Atlántico.
Esta es la segunda vez en la historia que las aguas de Maine se ven enturbiadas por una catástrofe de esta magnitud, despues de aquel incidente en Junio de 1953, en el que un sobrino lejano de Winston Churchill, perdiera parte de sus genitales al ser atacado por una meduza gigante.
"Sin lugar a dudas ésto se debe al calentamiento global" dijo en una conferencia de prensa el Dr. Jack Danniels (foto 2), biólogo marino del instituto oceanográfico Scripps, San Diego, California. Las diferencias térmicas entre las corrientes diurnas y nocturnas, hacen que al encontrarse éstas, se genere un intercambio iónico, el cual acelera los protones produciendo una rotación horaria (hemisferio norte) en la masa de agua, con alto poder succionador descendente. Lamentablemente, prosiguió el cientifico ganador del Pejerrey de platino en las 24 hs de San Blas en 1984, estos remolinos son muy inestables y suelen desparecer en minutos, dificultando aún más la posibilidad de estudiarlos y obtener información que permita predecirlos.
La única foto conocida de este fenómeno oceánico fue obtenida en 1973 por Jim Lowe, pescador de Eastport, Maine, quien desapareciera misteriosamente una semana después de vender su foto al New York Times, generando controvertidas hipótesis acerca de las posibles organizaciones que pudieran estar vinculadas con este hecho.
El Prefecto de Maine, Wilmar Rodriguez, dijo que las playas de este balneario permanecerán cerradas hasta que se aclare un poco el panorama, puesto que al cierre de esta edición, ya era de noche y no se podia ver absolutamente nada.



2 comentarios:

Gerardo Polci dijo...

Nunca pensamos que podía pasar, pero fuimos testigos de la desgracia: Dorothy T. Doherthy y yo acostumbrábamos incluir en nuestra dieta aldebalejos moteados, de esos que sólo un buen aficionado encuentra en las tranquilas aguas del río Smaller, cerca de nuestra comarca en Guíchitta.
Como cada jueves por la tarde esperábamos ansiosos que se oculte el sol para embarcarnos en nuestra lancha motora en las cercanías de la tienda del viejo Phil "Lips" Morris, un gran conocedor de la zona. Él fue quien primero nos advirtió del peligro de los remolinos.Era una hermosa tarde de verano y por eso no hicimos caso al viejo Phil: junto a nuestra provisión de gusanos y aparejos de pesca llevábamos una guarnición de latas de cerveza que ayudarían a equilibrar nuestra motora ya que -muy a pesar mío- Dorothy insistía en ocupar la parte delantera de la estrecha barca.
Eran ya cerca de las 11 PM cuando notamos que algo raro acontecía. Las luces de la costa -era ya bien de noche- comenzaron a desplazarse cáda vez mas rápidamente a nuestro alrededor, a pesar de mantener el timón tan recto como podíamos. Lo que eran puntos de luz se transformaron en lineas luminosas y una sensación de mareo centrífugo -como el que suele darse en el parque de atracciones de nuestra querida ciudad- nos comenzó a invadir hasta hacernos perder el conocimiento.
Recién el viernes por la tarde el bueno de Phil y los muchachos de la Guardia Costera pudieros encontrarnos nuevamente: habíamos sido absorbidos por un remolino fluvial de inusitadas características! Gracias a Dios todos nos encontrábamos bien pero -a pesar de varios rastrillajes por parte de las fuerzas marítimas del lugar- jamás volvimos a encontrar ningún rastro de las aproximadamente setenta latas de cerveza marca "Warrior" que celosamente transportábamos.
¡Es increíble!

Anónimo dijo...

Le han visto con visto con Dorothy en es embarcacion, Sr. Cartwright!!
Mis sentimientos estan con Ud. y Mrs. Doherty.
Hop-Sing