George Town, Grand Cayman.
El torpedo apareció como de la nada por la banda de estribor. Su impacto fue preciso, certero. La explosión causó que el lujoso barco de pasajeros se elevara inicialmente unas cuantas pulgadas por encima de su línea de flotación. Los turistas, confundidos más aún que la tripulación, siquiera pudieron reaccionar a tiempo. Una segunda explosión segundos más tarde indicaba que las llamas de la primera detonación habian alcanzado la sala de máquinas. El resto fueron solo detalles sin relevancia. El crucero se hundió en solo 17 minutos, llevándose con él a 1345 pasajeros.
Si bien este párrafo parece extraído de una película de Hollywood, o de una historia de guerra de mediados del siglo pasado, esto fue lo que ocurrió ayer por la tarde, momentos antes de que el megacrucero comercial "Princesa del Toor", perteneciente a la renombrada compañía Caribeti, arribara al puerto de George Town, capital de las islas Cayman.
Al principio se pensó que el fuego era secundario a un accidente doméstico. Como tradición, el Princesa del Toor solía agazajar a sus pasajeros con el típico "Omelette flambee" justo antes de su llegada a destino. Ya el año pasado, uno de los cocineros en estado de ebriedad, comenzó un fuego al perder el control de su sartén, mientras doraba a las llamas este sabroso plato de origen francés. Por suerte, aquel incidente sólo causaría quemaduras leves en el perro caniche de la famosa actriz colombiana Conchita Silvestre. Pero este año, claramente, la situación fue distinta..
Nashuri Kazatu, de 94 años de edad (foto), hace 66 años que se encuentra refugiado en una pequeña isla, al noreste de las caimanes. La misma es tan minuscula, que no figura en los mapas cartográficos. Desde que su embarcación, el TEZUDA II, sosobró aquel amanecer de 1942, Nashuri ha estado "refugiado del enemigo". Atrapado dentro de sí mismo, y creyendo que la guerra aún continuaba, tomó ventajas de un viejo refugio y arsenal que las fuerzas del emperador habian armado en ese pequeño trozo de tierra poco antes de finalizada la segunda guerra mundial. Desde entonces, utilizando una vieja lancha torpedera varada en la playa, se ha dedicado durante más de medio siglo a atacar toda embarcación o aeronave que él considerara "enemiga".
El lunático geronte fué detenido al entregarse luego de haber disparado el último torpedo que le quedaba.
"Ya es en vano seguir luchando", dijo a Radio Universidad el solitario soldado. "No sólo me quedé sin misiles tierra-aire ni torpedos, también se me acabó el aceite de soja, el Sake y el arroz", continuó el viejo guerrero con su voz ténue, pero firme como la misma convicción que lo mantuvo vivo todos estos años.
Científicos de la NASA creerían que Kazatu podria ser el causante de las misteriosas desapariciones ocurridas durante los últimas décadas en el area conocida como triángulo de las Bermudas.
El anciano ya ha recibido millonarias ofertas de distintas emisoras televisivas para contar en forma exclusiva su historia.
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